Escribir sobre seguros, hoy desde el aislamiento social voluntario que empecé hace 8 días, a causa del COVID-19, será lo más confrontativo que haya escrito hasta ahora.
Abrir y cerrar los ojos y estar lejos de tu rutina diaria, lejos de tus amigos, lejos de tus compañeros de trabajo, lejos de tus clientes pero cerca de tu familia y de Dios – no valoramos lo que tenemos todos los días.
Salir de la zona de confort a la fuerza y pensar que toda la humanidad lo está viviendo. ¡Somos tan vulnerables!
Seguros en tiempo de COVID-19.
Ahora pensando desde el aseguramiento tengo que decir que esto nos cogió a todos con los calzones abajo.
La red médica débil, los equipos médicos insuficientes, los reaseguradores con pandemias excluidas de su contrato de seguro, compañías de seguros planeando cotizar con su reaseguro una pandemia en el año 2050
( era un probabilidad muy baja).
Infraestructura médica con precios por las nubes, los científicos de la FDA lejos de pensar en un virus atípico como este y un virus mutado y salido de la película de ficción más nominada al Oscar vitalicio contagiando a miles de personas todos los días y matando a un importante porcentaje.
Que días de horror. Ni que decir de mis colegas periodistas que tienen que dormir y vivir con esa noticias la 24 horas y quién sabe hasta cuando… qué estrés.
El futuro despues del COVID-19
Volviendo a lo mío, he pensando en las compañías pequeñas o medianas que se quebrarán después de esta tragedia mundial.
Los empleados que se irán a la calle, las deudas que les quedarán a los que no tendrán liquidez para pagarles a sus acreedores, el lucro cesante que es lo que dejan de percibir $ por cierre del negocio.
¿Qué dice el seguro de pyme o All Risk frente al lucro cesante por pandemia? No tengo ni idea porque nunca lo pensamos, ¡no lo vimos venir!
Cambiará a partir de ahora nuestro conocimiento en este mercado, cambiarán las preguntas de los clientes, cambiarán las respuestas de los asesores.
El mundo se acabó en el 2020 y volverá a nacer. Volveremos a nacer todos los que sobrevivamos a este horror.
Pensemos un ratico en los seguros de vida y salud: los primeros toca tenerlos listos y con los beneficiarios actualizados; y los segundos, pues si no hay suficientes respiradores ni camas en unidad de cuidados intensivos, de nada sirve tener el carnet más plateado o dorado dentro de la billetera.
¡Que Dios nos proteja!